Foto | EFE | LA PATRIA Población de Talat N'Yaaqoub, al sur de Marrakesh (Marruecos).
El rey Mohamed VI de Marruecos visitó este martes, en su segunda aparición después del terremoto del pasado viernes, a algunos de los heridos, mientras que la situación de los supervivientes, que viven en sus aldeas remotas al aire libres o en tiendas de campaña improvisadas, se ve amenazada por posibles precipitaciones en los próximos dos días.
En su primera aparición después del temblor, Mohamed VI presidió una reunión de trabajo el pasado sábado con responsables civiles y militares en la que ordenó desplegar un programa de emergencia para atender a las víctimas y rehabilitar los edificios dañados, y decretó tres días de luto oficial.
Implicación real
Este martes, el monarca habló con varios heridos ingresados en el Centro Hospitalario Universitario de Marrakech, conversó con su personal sanitario e inspeccionó algunas de sus unidades, antes de donar sangre para las víctimas del terremoto que azotó las montañas del sur de esa ciudad causando 2.901 muertos y 5.530 heridos, según el último balance oficial.
Según informó la agencia oficial MAP, los diferentes centros sanitarios de la región de Marrakech recibieron 2.171 heridos, de los cuales 484 se encontraban en estado grave. Todos, salvo 248 personas, están ya dados del alta.
El ministro marroquí de Sanidad, Jaled Ait Taleb, dijo en una declaración a la televisión pública marroquí Al Oula que actualmente hay 75 casos en reanimación en los diferentes hospitales del país por el terremoto.
Ait Taleb, que acompañó al monarca durante su visita al hospital de Marrakech, señaló que los esfuerzos se centrarán ahora en encargarse de estos damnificados, apuntando que algunos de los heridos, que se dedicaban a la actividad agrícola y eran los únicos que mantenían a sus familias, tienen manos o pies amputados.
El terremoto del pasado viernes, uno de los peores que ha sufrido el país en el último siglo, azotó a las tres regiones sureñas de Marrakech-Safi, Souss-Massa y Draa-Tafilalet, donde hubo el mayor número de muertos y heridos, y golpeó en menor medida a las regiones de Beni Melal y Casablanca.
Temor a las lluvias
Cuatro días después de la catástrofe, los supervivientes están ahora preocupados por posibles lluvias en los próximos días, que según el servicio meteorológico marroquí caerán a partir de este miércoles en el Alto y Medio Atlas.
El jueves y viernes continuarán especialmente en las regiones de Al Haouz y Taroudant, las más azotadas por el seísmo. Podrían causar más desprendimientos, convertir todo el adobe caído de las casas en barro y empeorar la situación de miles de supervivientes que perdieron sus casas.
En estas regiones montañosas se producen de vez en cuando lluvias torrenciales que causan derrumbes de las laderas de las montañas, además de inundaciones y crecidas súbitas de ríos que arrastran a su paso los árboles y hasta las carreteras, vehículos y viviendas.
Cooperación internacional
Los efectivos de rescate internacionales desplazados a Marruecos para ayudar a encontrar posibles supervivientes han tirado ya la toalla, como es el caso de la ONG española Bomberos Unidos sin Fronteras (BUSF), desplegada en el terreno, que descarta casi al 100 % poder encontrar a alguien con vida bajo los escombros cuatro días después del siniestro.
La Unidad Militar de Emergencias (UME) continúa con sus tareas de rescate de cadáveres y este miércoles estuvo en el pueblo de Talat Nyakoub, uno de los más inaccesibles de la región del Atlas afectada.
España, junto a Reino Unido, Catar y Emiratos, forma parte de los cuatro países de los que Marruecos ha aceptado ayuda para las labores de rescate. Otros como Francia la han ofrecido, pero este martes el país galo negó las fricciones con Marruecos, de las que se han hecho eco políticos y comentaristas después de que Rabat no la haya aceptado.
Argelia, país que rompió las relaciones diplomáticas con Marruecos en una enemistad de décadas entre ambos países, reveló además que Marruecos declinó su propuesta de aportar ayuda humanitaria, concretamente tres aviones militares y un equipo de intervención de Protección Civil y Media Luna Roja compuesto por 93 socorristas, que tenía movilizados.