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Cristóbal Trujillo, rector del Instituto Universitario de Caldas.
Cristóbal Trujillo, rector del Instituto Universitario de Caldas, habló con LA PATRIA Radio sobre los 110 años del colegio, su visión y análisis de la educación. Esto dijo:
¿Cómo es la celebración de los 110 años del colegio?
Estamos de celebración, estamos de aniversario. El colegio fue fundado en 1914, a 2024 tenemos estos años para celebrar y para visibilizar lo que ha sido un poco la historia, los logros y, sobre todo, hablar un poco del presente de esta institución emblemática.
- Ahora (5 noviembre) por la tarde tendremos la Sagrada Eucaristía de Acción de Gracias.
- Mañana, a las 7:00 a.m., será el acto público de reconocimiento a la vida institucional que hará el gobernador, el alcalde, el Concejo y la Asamblea.
- El miércoles y el jueves, a las 6:00 p.m., tendremos el concierto de aniversario con banda sinfónica
- El viernes, a las 7:00 a.m., tendremos un reconocimiento de la Cámara de Representantes. Nos han manifestado que van a hacer presencia para entregar personalmente el reconocimiento.
Tal vez la más importante de todas estas efemérides es la presentación en sociedad de Funiuc.
Es la fundación del Instituto Universitario. Nació hace 10 años a propósito del centenario y durante estos 10 años, Funiuc se ha encargado de entregar hermosas y saludables noticias a todos nuestros estudiantes. Es el músculo social del colegio.
Se encarga de atender todas las necesidades que nuestros estudiantes tienen en materia de uniformes, de zapatos, tenis, gafas, almuerzo inclusive, pasajes. También de la inscripción a la Universidad de Caldas, a la Universidad Nacional.
Lo que queremos en estos 110 años es entre todos hacer posible que nuestros niños, nuestros 1.650 estudiantes tengan mejores días.
¿Cuáles han sido las modificaciones para lograr alcanzar todas las metas que ustedes tienen hoy?
Comparo 1914 y 2024 y hay una transformación total.
En 1914 el profe era el único poseedor de la verdad. Los estudiantes venían de los pueblos, porque cuando el colegio se fundó en 1914, quienes venían a estudiar acá eran los hijos de los hacendados, de los finqueros, que antes tenían que mandar los chicos a estudiar el bachillerato en Popayán, por ejemplo, en Cundinamarca.
Surgió el Instituto como la posibilidad para que esos chicos de los diferentes municipios del departamento vinieran y no tuvieran que desplazarse hacia otras ciudades.
Y venían donde los profesores que eran supremamente letrados, unas eminencias que se habían formado inclusive en otros países europeos. Entonces balancear una ecuación química o despejar un algoritmo, eran temas que tenían toda la relevancia.
Hoy, eso no tiene sentido, si este colegio estuviera abierto en las condiciones y en la oferta académica que se hacía en 1914, este colegio estaría cerrado.
El muchacho no viene precisamente a que le enseñen a balancear una ecuación. Los muchachos vienen a la escuela a formarse como seres humanos, a formarse como personas en todas sus dimensiones, políticas, éticas, sociales, culturales, deportivas, artísticas y, por supuesto, también disciplinarias y académicas.
Pero en esa formación y en esa oferta disciplinaria académica no es la información, es la formación, es el conocimiento aplicado. Es saber qué sentido tiene un algoritmo, una ecuación cuadrática.
El conocimiento no es la información por la información porque hoy los chicos tienen una cantidad de alternativas para referenciar la información en las redes sociales, en internet.
Entonces la transformación es absoluta, seguramente hay contenidos que prevalecen. Pero lo primero que tiene que hacer el maestro hoy es demostrarle al estudiante que aprender eso tiene sentido, que es útil.
¿Cuál es el regalo que le piden a la ciudad?
Yo diría que lo que nosotros queremos es que este proyecto de la institución perdure y necesitamos que las autoridades educativas, que el Gobierno, que el Concejo Municipal, que la Asamblea nos ayuden a hacer posible esto.
Nosotros no queremos que nos den nada, nosotros necesitamos que nos ayuden a viabilizar el proyecto. Nosotros hemos entendido que este es un proyecto pedagógico que hemos construido aquí con los maestros.
Este no es un proyecto ni de la Secretaría ni del Ministerio, es un proyecto que hemos construido aquí. Obviamente está articulado y alineado con el Artículo 5º de la Ley 115 que habla de los fines de la educación en Colombia.
Y a veces uno siente, de las autoridades locales, inclusive de las nacionales, obstáculos.
Yo le decía al anterior viceministro, Óscar Sánchez: Esto lo hemos hecho a pesar del Ministerio. Y es muy triste tenerlo que decir.
Que uno, liderando una causa de estas, con unos profes comprometidos haciendo lo que estamos haciendo no encontremos en las autoridades el apoyo, el respaldo.
Este proyecto es calificado como un pilotaje exitoso a nivel nacional. Esto es lo que necesita el país, esta es la escuela que necesita el país.
Aquí los niños tienen la posibilidad de soñar, aquí el indicador más importante es la felicidad.
Encontramos en educación cualquier cantidad de indicadores y el de la felicidad no se mide.
La pregunta es ¿cuál es el indicador más importante? Yo estoy convencido que la felicidad es el principal precursor del aprendizaje.
Si no hay felicidad, si no hay afecto, si no hay comprensión, si no hay amor, no es posible aprender. El aprendizaje solo se alcanza en el escenario del amor. Por eso las mamás son las mejores maestras.
Entonces, ¿por qué no nos comprometemos en rodear este proyecto, en fortalecer este pilotaje y demostrarle a la ciudad, al departamento, al país que otra escuela pública es posible?
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