Ocho casas, ubicadas al pie de una montaña inestable, y otras 27 cerca de allí, están en zona de riesgo y pendientes de reubicación.

Fotos I Freddy Arango I LA PATRIA

Ocho casas, ubicadas al pie de una montaña inestable, y otras 27 cerca de allí, están en zona de riesgo y pendientes de reubicación. Se trata del sector El Planchón, a orillas del río Cauca en zona rural de Aguadas. Unas viviendas quedaron desestabilizadas y otras destruidas, como esta que muestra Esteban de Jesús Román, habitante del lugar.

LA PATRIA | Manizales

La única calle de El Planchón, a orillas del río Cauca, tiene unos 50 metros. Hasta hace unos dos años fue plana, por eso el nombre del sector. Ahora es un trayecto, polvoriento en verano, lleno de altibajos.

Las grietas y asentamientos de la vía sin pavimentar son las primeras señales del drama que viven ocho familias por cuenta de una montaña vecina que tumba sus casas y amenaza sus vidas.

Las otras señales de alerta salen de voces de sus habitantes. Claudia Patricia Grajales, parada al frente de su casa, donde los gallos no dejan de cacarear y los niños corren como pollitos, cuenta el martirio de este rincón de la zona rural de Aguadas, donde a este lado es Caldas y al otro La Pintada (Antioquia).

La propiedad de Claudia se ubica al final de una hilera de escombros de cemento y paredes agrietadas. Hace tres meses la inauguró. Sin embargo, el piso ya tiene fisuras.

Habitantes de la zona detectaron lo que llaman la tierra rajada en la ladera trasera del caserío. "Eso fue como en septiembre del 2012, por esos días estábamos en invierno", comenta Ramiro de Jesús Román Román.

Eso lleva a Claudia a exclamar: "¡Qué miedo, qué miedo un invierno!”. La señora complementa: “Hay muchos nacimientos. Estamos encima de una peña. Entonces, el agua corre hacia las casas. El invierno es mortal, ya que estamos a orilla del Cauca, por un lado, y de la peña, en este lado".

El 21 de noviembre del 2022 pobladores fueron testigos de la llegada de una delegación de la Corporación Autónoma Regional de Caldas (Corpocaldas) y de la oficina de Gestión del Riesgo municipal.

"Un movimiento en masa". Esa es la conclusión que emitió Corpocaldas y sobre la cual giran causas, consecuencias y recomendaciones. En otras palabras, afectaciones de viviendas, de la vía, del terreno; monitoreos; demoliciones; sugerencia de obras de estabilidad, y de otras medidas.

Claudia Patricia señala un nacimiento de agua en la montaña que se levanta sobre el patio trasero. La comunidad hace responsable a esta fuente del desmoronamiento de las casas.

Corpocaldas consignó en el informe de hace 21 meses, al cual tuvo acceso este diario, que en la montaña que mortifica a los romanes había alta saturación de terreno como consecuencia de las altas precipitaciones, presentadas durante la temporada de lluvias de ese momento.

Añadió que lo anterior se evidenció en la presencia de zonas de empozamiento de aguas en la parte alta, y altos volúmenes de afloramientos de agua en la vía y parte inferior de la ladera. 

 

Más peros

En Bocas no hay escuela ni centro de salud, ni inspección de Policía. La inversión es limitada, y la poca que llega, de acuerdo con Claudia, proviene de La Pintada.

En El Planchón la energía eléctrica la adquieren de manera informal y el agua la recogen de la naicmientos de la ladera. Por eso, las casas no son lo único que se hunde, también lo hacen los derechos a la vida y a la vida digna.

Las familias que habitan en El Planchón son los Román Román, por obvias razones les dicen los romanes. Ellos trabajan como jornaleros en las fincas, cuidando ganado y cultivos.

La mujer relata: “Vino el señor exalcalde Juan Carlos Ramírez, con las órdenes para instalar luz y agua. Yo tenía todo aprobado para la casa en la que estaba en arriendo, pero me lo denegaron porque no se puede al tratarse de una zona de riesgo”.

El ruido de una motocicleta, desafiando el sonido eterno y arrullador del Cauca, anuncia la llegada de otro Román Román. Es Elkin, quien con su familia también debió dejar de construir su casa. Una grieta en la plancha y hierros retorcidos son las marcas registradas de lo que ocurre en su obra sin terminar y en la zona.

Él como Juan Esteban, Bernabé, Viviana, Ramiro y los otros hermanos piden una nueva visita urgente de las autoridades para que les definan la situación.

Elkin se baja de la moto y Ramiro lo recibe con una pregunta. ¿Usted qué prefiere: obras de estabilidad o reubicación?. Elkin y Juan Esteban hacen una pausa y responden casi en coro: “que estemos en un lugar seguro”.

 

Clamor

Volvemos a la entrada de la vivienda de Claudia Patricia, esposa de Juan Esteban. Comenta: “Dicen que la puerta de Caldas es Arma, pero la puerta de Caldas es aquí, porque conectamos con Antioquia. Pese a eso, somos la comunidad más vulnerable”.

Esteban de Jesús está sentado afuera de una casa, donde las heridas de la sacudida de la tierra son la plancha para el segundo piso, las columnas y las vigas dobladas.

Como todos le temen al invierno y a las noches. "… pero uno para donde va a coger. Aquí invertimos nuestros ahorros, mi hermano Elkin le metió como 22 millones de pesos, y ahora sin casa y con deudas", dice el señor, que aún vive allí con sus esposa y cuatro hijos.

 

Desalojo sin garantías

Las construcciones empezaron a hundirse con el invierno del 2022. Claudia cuenta que “el piso comenzó a rajarse”. De la primera vivienda que se vio afectada solo quedan pedazos de varillas y concreto pintado de amarillo.

En la actualidad son cerca de 23 personas las que continúan resistiendo a la fuerza de la naturaleza.

Claudia es ama de casa, llegó a Bocas hace unos 16 años a vivir en la casa de su suegra y hace poco menos de dos años, junto a su marido, arrancaron a materializar el sueño de un techo propio. Ella relata: “Me dijeron que yo no podía construir por el problema que tiene el terreno, pero yo no tenía de más. La verdad es esta”.

El año pasado la Administración municipal ordenó el desalojo de la zona. Sin embargo, las casas que quedan en píe siguen habitadas. Las otras son el esqueleto de lo que iban a ser habitaciones, baños, salas, cocinas, comedores.

Claudia, por ejemplo, en el momento expresó su condición: “Le dije: tengo cuatro niños, soy ama de casa, dependo de mi esposo, no me puedo salir. Él dijo que no podía hacer nada porque estaba en reemplazo de Diego Fernando González, detenido en agosto del 2022 por el caso de Las Marionetas. Nunca hemos tenido ese apoyo”.

 

Piden atención

La reubicación para los habitantes de El Planchón es lo urgente, aun así desean ser vistos. Claudia, en particular, espera que el alcalde, Fabio Gómez Mejía, visite su comunidad y vaya y conozca de primera mano el problema.

La habitante de Bocas anota que los arriendos en La Pintada, municipio vecino de Antioquia y a cinco minutos del El Planchón, oscilan entre $700 mil y $800 mil. Desalojar no es una opción para su familia. “Todo sube y todo está muy caro”, precisa.

El Gobierno nacional empezó un proceso de reubicación con el área de Gestión Humana. El lote disponible está en La Pintada, en la vía que conduce a Valparaíso. No obstante, el invierno también ha causado daños en esta zona.

“Dijeron que nos iban a dar el terreno y el material, y la mano de obra iba por nuestra cuenta. La otra alternativa son unas casas de las que acostumbra a dar el Gobierno, que aunque son muy buenas son pequeñas, y en la comunidad nunca vamos a estar de acuerdo todos”, concluye Claudia.

 

Gestión, pendiente

El alcalde de Aguadas, Fabio Gómez, indica que adelantará diligencias ante la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo de Caldas. El propósito es reunir la evidencia, con el aval de esta Unidad, para llegar a la misma entidad a nivel nacional en busca de recursos.

“Es una situación que amerita muchos recursos, son 35 familias para reubicar, entonces debemos buscar la manera de conseguirlos”, añade el mandatario.

Gómez dice que allí en el sector La Playa, el Municipio es propietario de unos lotes. Sin embargo, que primero se deben ratificar los títulos y efectuar estudios para una eventual reubicación.

 

Prestos

Félix Ricardo Giraldo es el delegado profesional especializado de la Jefatura de la Unidad Departamental de Gestión del Riesgo, adscrita a la Secretaría del Medio Ambiente de Caldas. “Es la Alcaldía la que debe hacer la valoración inicial”, advierte el funcionario.

Añade que, en ese sentido, es la Administración municipal la que primero debe asumir la respuesta. Es decir, si es necesario tomar las acciones encaminadas a salvaguardar la vida de las personas que habitan en el sitio o desarrollar las obras requeridas.

“La Nación y el Departamento son complementarias y subsidiarias, de acuerdo con la ley. Hasta el momento no hemos recibido solicitud de apoyo. Referente a estas familias, quedamos atentos. Una vez el Municipio haga la valoración y considere que necesita el soporte del Departamento lo podemos hacer, acorde con las competencias que tenemos”.

Los romanes viven a orillas del río Cauca, a orillas de la montaña, a orillas del riesgo. "Que nos reubiquen", es el clamor de Claudia, Elkin, Viviana, Ramiro, Bernabé, Esteban de Jesús y de todos los Román Román, en este sitio casi invisible para los caldenses: El Planchón.

 


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