LA PATRIA | CHINCHINÁ

Alexánder Gómez viajó a Ucrania para trabajar como mecánico, oficio que desempeña desde hace cinco años. Es oriundo de Chinchiná (Caldas) y por cosas del destino nunca ingresó al campo de batalla (Ucrania y Rusia libran una guerra desde febrero del 2022), pues cada vez le programaban salida no estaba entre la lista de elegidos.

Al final terminó retornando al país y a su natal Chinchiná, pues aseguró que su vida se la debe a la Virgen de Las Lajas, a quien le pagó una promesa. LA PATRIA dialogó con este caldense quien relató su historia de la guerra que no fue para él.

El viaje a Ucrania

El 20 de mayo del 2024, Alexánder viajó a Ucrania para trabajar en reparación de carros y de tanques. Según él, una fuerza divina le impidió salir hacia la frontera, donde lo requerían, por eso se salvó de morir.

Varios colombianos han viajado a ese país de Europa atraídos por los buenos sueldos que pagan y por la estabilidad laboral, pues un mecánico raso puede llegar a ganar hasta $20 millones mensuales y a un soldado profesional le ofrecen sueldos de hasta $30 millones mensuales.

La mayoría son migrantes que terminan desaparecidos.

Alexánder durante su estadía en Ucrania.

Reclutamiento

Alexánder supo de la vacante como mecánico por un amigo quien le comentó que el Ejército de ese país recibía todo tipo de trabajadores hasta los 40 años. Él supera esa edad y por ello consultó los requisitos en la página de incorporación, donde se enteró que hasta los 62 años recibían personal.

La inscripción la hizo en línea sin intermediarios y a su correo electrónico le llegaron los requisitos, entre ellos, contar con experiencia en la milicia. Alexánder prestó servicio militar en Colombia. Los pasajes corrieron por su cuenta y la visa la tramitó el Gobierno de Ucrania.

Con la venta de un carro y de un taller de mecánica compró los tiquetes. Su intención era recuperar esa inversión en unos tres meses. Aseguró que pasajes y estadía se gastó unos $18 millones.

Estadía en Ucrania

A su llegada a Ucrania se instaló en un hotel de Ternópil. La alimentación se la dieron y el hospedaje lo pagó. Todo ese tiempo se comunicó con traductor, pues no sabe hablar inglés y mucho menos ucraniano.

Lo asignaron al Batallón 60, pero antes de la incorporación recibió entrenamiento por 20 días y le practicaron exámenes médicos. En ese mismo Batallón estuvo el chinchinense Róbinson Sánchez, asesinado en combate en octubre del 2024.

“Con Róbinson hablé varias veces y nos quedamos de encontrar en diciembre del 2024 en Pereira para ir a comer pollo. La vida no le alcanzó para el reencuentro”, recordó Alexánder.

Relató que un día preparó maleta para ir a la frontera con Rusia. ¡Oh, sorpresa! miró la lista de inscritos y su nombre no aparecía, por lo que regresó de nuevo al hotel donde se hospedaba.

Otro día le informaron que lo habían reasignado a otro batallón, revisó de nuevo el listado y su nombre no estaba. Le ofrecieron entonces manejar un tanque en el Batallón 66, pero tampoco fue posible porque no quedó incluido en los incorporados.

“Me hicieron comprar unos pasajes de tren que costaron $110 mil. Me les emberraqué y me devolví para el hotel. Creo que eso pasó por intercesión de La Virgen”.

Llamada divina de un familiar

Estando en el hotel Alexánder recibió la llamada de un familiar y en medio de esa conversación le dijo que se lo había ofrecido a la Virgen de Las Lajas para que no fuera a la guerra.

Alexánder durante su estadía siempre se preguntaba por qué a todos los extranjeros les asignaban unidad para salir a la batalla menos a él. La respuesta la obtuvo a su llegada a Colombia. "La Virgen intercedió para que me pasara nada malo".

Contó que una noche le avisaron que estuviera listo porque un comandante lo iba a transportar a un batallón, pero se le olvidó recogerlo y una vez más el destino jugó a su favor.

A la semana siguiente le informaron que iba para el Batallón 23. De nuevo leyó el listado de inscritos y su nombre no estaba. A los días se dio cuenta de que, de los 18 hombres integrantes de esa unidad, a 15 los habían matado.

Hubo un último intento por ir al campo de batalla, pero tampoco lo incluyeron. En ese momento entendió que esa vida no era para él y por eso pensó en retornar. “Creo que todo fue un milagro y la Virgen intercedió para que no me pasara nada”.

Retorno a Colombia y a Chinchiná

Ante tantos inconvenientes desertó y con una tarjeta de crédito compró un pasaje a Polonia. En ese país duró nueve días y allí le ofrecieron trabajar en las rutas del tren, pero ese empleo no se dio, por lo que viajó a Roma y de ahí tomó un vuelo a Colombia con escala en México.

“En Ucrania me encontré con muchos colombianos. Me di cuenta de un alto número de desertores; no aguantaron la presión de la guerra y se retiraron”.

Asimismo, conoció a otros colombianos a los que les debían hasta cuatro meses de sueldo y los llevaron con engaños. Por eso, Alexánder recomendó no viajar a ese país por el peligro que representa, pues supo que a varios compatriotas los llevaron con falsas promesas de empleo y terminaron muertos.

Regresó a Chinchiná a mediados de agosto del 2024 y después retomó su antiguo trabajo de mecánico. El pasado 29 de diciembre viajó a Pasto a pagarle una promesa a la Virgen de Las Lajas, que lo salvó de morir en el exterior.

Ternópil, pobrado de Ucrania

Ternópil es un poblado del este de Ucrania asentado a lo largo del río Seret. Su distancia con Rusia es de aproximadamente 1,619 kilómetros. La ciudad ha sido devastada por los constantes ataques. El fuego cruzado destrozó instalaciones energéticas, hospitales, escuelas y edificios. La mayoría de sus 223 mil habitantes migraron a Polonia y a otros países de Europa.

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