Los habitantes de la vereda El Naranjal ya no deben desplazarse hasta el casco urbano de Chinchiná para pagar sus facturas de agua.

Fotos | Cortesía Acueducto de Quiebra El Naranjal | LA PATRIA

Los habitantes de la vereda El Naranjal ya no deben desplazarse hasta el casco urbano de Chinchiná para pagar sus facturas de agua.

LA PATRIA | CHINCHINÁ

La factura de agua de la vereda Quiebra El Naranjal modernizó sus pagos desde enero de este año. En el recibo se incluyó un código QR que descarga el recibo en dispositivos móviles y facilita pagos electrónicos.

Esto permite que los usuarios paguen desde el sitio de su preferencia, sin tener que desplazarse hasta el casco urbano de Chinchiná (Caldas).

A la factura electrónica se accede escaneando el QR, que viene impreso en la parte superior de la factura física.

El usuario Henry Ruiz comenta que en dos ocasiones pagó el recibo desde su celular y eso le evitó gastar $15 mil en pasajes. "Por comodidad nos debemos pasar a la factura electrónica", recomienda.

En la oficina de atención al cliente ubicada al lado de la Fundación Manuel Mejía enseñan a hacer el escaneo y a descargar la factura.

Generan facturación bimensual para los hogares de estratos 1, 2 y 3, la Fundación Manuel Mejía y el colegio rural El Naranjal.

Aleida Rengifo lleva 11 años viviendo en El Naranjal y dice que, por ahora, no ha tenido necesidad de acceder a la factura electrónica porque siempre cancela en el punto físico. Sin embargo, afirma que si llega a necesitarlo, sabe cómo escanear el código QR.

Henry Ruiz es uno de los usuarios que se pasaron al pago electrónico en El Naranjal.

 

Desde el acueducto

Yuliana Arias Raigoza es la administradora de la Asociación de Usuarios de Servicios Colectivos de El Naranjal, La Quiebra y La Floresta. Ella asegura que el código lo aprobó la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) y fue diseñado para agilizar los trámites de recaudo y evitar que los usuarios se desplacen a los sitios de pago.

Estima que unas 50 familias hacen uso del QR, pero la meta a dos años es que el 80% de los 486 suscriptores del acueducto migren a la factura electrónica. Para eso hacen campañas de concientización.

Arias Raigoza añadió que desde hace siete años potabilizan el agua que distribuyen por gravedad a las veredas El Naranjal, El Borde, El Reposo y La Floresta.

Captan el recurso de tres concesiones de agua o bocatomas llamadas La Honda, Las Palmas y NN Guadual, cuyos nacimientos quedan en predios de Santa Rosa de Cabal (Risaralda). Tienen autorización de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder).

 

Distribución

Las viviendas de las cuatro veredas mencionadas cuentan con medidores o contadores de agua, algo inusual en el campo. Hay 486 instalados, equivalentes al número de usuarios beneficiados.

La junta del acueducto presta únicamente el servicio de distribución y potabilización. La disposición final de los residuos corre por cuenta de cada usuario, la Empresa Metropolitana de Aseo (Emas) recoge las basuras.

Los mismos campesinos de El Naranjal son los administradores del acueducto, lo hacen a través de una junta conformada por 10 directivos.

 

Mejoras

De acuerdo con los usuarios, hay dos plantas de potabilización: Vista Alegre y El Empalme, con las que captan un total de 13 litros por segundo. El Plan Departamental de Aguas (PDA) de la Secretaría de Vivienda y Agua Potable les entregó este año un tanque de almacenamiento con capacidad para 250 metros cúbicos de agua que surte por gravedad a la vereda La Floresta.

Además, en el 2019 iniciaron un proyecto de modernización de un tramo de 300 metros de tubería galvanizada y de PVC. La reemplazaron por la infraestructura de PF, que tiene polietileno y se usa en redes domiciliarias de acueductoFinalizaron el proyecto el año pasado.

El agua que se consume en las veredas El Naranjal, El Borde, El Reposo y La Floresta (Chinchiná) es tratada y apta para el consumo humano. La emplean también para el beneficio del café. El acueducto es modelo en el departamento.

 

Oficinas

La junta compró un predio donde están ubicadas las oficinas e instalaron dos tanques. Esta inversión fue financiada con con dinero del acueducto y de Chinchiná. La proyección para este año es construir una bodega de almacenamiento para guardar los insumos y las herramientas.

El municipio posee cuatro abastos rurales, tres de ellos entregan agua sin tratar en las veredas Alto de La Mina, Trébol y Guaimaral. La infraestructura potable funciona en la vereda El Naranjal.

Campesinos comentaron que con esa misma agua clorada benefician el café, acción que no cambia la consistencia ni el aroma.

 

Caudal de datos

  • El acueducto de El Naranjal cuenta con 486 suscriptores.
  • Unas 2 mil 400 personas se benefician del agua potable.
  • El cargo básico es de $26 mil, facturan bimensual para los estratos del 1 al 3.
  • Las tres bocatomas con las que cuenta el acueducto captan 13 litros por segundo.
  • El 80% de la tubería del acueducto es nueva.

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